lunes, 25 de junio de 2012

Road-trip a Bélgica

Gante, Brujas y Amberes: 3 ciudades, 2 días, un coche y 3 locas españolas en la carretera.

Así comienza la historia sobre la aventura de tres chicas que llevaban en Holanda 10 meses, y a nada más que dos semanas de que acabe todo, aún no habían visitado Bélgica; aquél país a sólo una hora de camino.
Los destinos a los que fuimos forman parte de la parte flamenca de Bélgica; es decir, que aún estando en otro país, aún no nos libramos del idioma holandés.

Pues como el tiempo apremia y hay que exprimirlo al máximo, organizamos un mini viaje de Lunes/Martes, entre la resaca de un Domingo y mi partida hacia España el Miércoles (oséase hoy, que aunque carezca de tiempo, como me he venido a clase y resulta que la cancelaron, pues aprovecho para escribir un poco y posponer el estudio).
Como todos sabemos, el tren es un medio de transporte rápido y eficaz, aunque por lo mismo, el precio no nos hace tanta gracia... Por lo tanto decidimos alquilar un coche entre las 3, que salía más económico (110 euros para los dos días en total) y nos daba algo más de independencia. (El mínimo de edad para alquilar un coche en Holanda es 25, pero íbamos con María F.  - de Majadahonda, está estudiando Magisterio como 2ª carrera - que se ofreció para llevarnos y alegrarnos el viaje)

Una de las chicas con las que íbamos, Gemma (de Granada, también estudia Derecho conmigo) no pensaba venir hasta que perdió su vuelo hacia otro sitio al que iba a ir, así que así al menos éramos una más, aunque su gafe nos fue persiguiendo durante tramos del trayecto.

Sin más, el día que nos íbamos, cómo no, llovía lo que no estaba escrito. Y no sólo eso, sino que confundimos el sitio donde teníamos que ir a recoger el coche y casi llegamos una hora tarde, entre andar con las maletas por un Utrecht mojado y llevar tacones ( porque sí, yo soy muy lista y sólo me llevo tacones para hacer turismo... (PD: lógicamente, se me olvidó meter otro par de zapatos...))

Pues al llegar al sitio de Europcar, cuando ya hacía un sol espléndido ¬¬ (ya sabéis los cambios extremos de clima) y nosotras aún seguíamos bien mojadas, resulta que necesitábamos tarjeta de crédito y no de débito para alquilar el coche. Parecía que íbamos a tener que cambiar los planes e ir en tren. Pero tras veinte minutos discutiendo sobre esto, la tía nos acepta la MasterCard de la Complu de Santander, una tarjeta de DÉBITO, que enseñamos como último recurso - diciéndonos casi como si fuésemos tontas que era una tarjeta de crédito... en fin... Nos tuvimos que callar.

Entre la tontería perdimos mucho tiempo, pero al fin nos pusimos rumbo a Bélgica, con el tomtom guiándonos, María F. al volante, yo de copiloto y Gemma como pasajero durmiente en nuestro pequeño Fiat 500.

Llegamos a Gante en 2 horas y media. Es una ciudad bien preciosa y bien conservada, con mucho encanto y del que no mucha gente habla, pero como veis en las fotos, es un sitio digno de visitar. Cómo sólo disponíamos de 5 horas para descubrirla, dejamos el coche en un parking y  fuimos a la oficina de turismo para coger unos mapitas y seguir un tour por nuestra cuenta, teniendo a María que nos guiaba y leía los datos históricos.  Eso sí, el gofre de chocolate belga fue lo primero que hicimos al llegar ;)



Siguiente destino: Brujas. Patrimonio de la UNESCO. Llamado "Brujas" no porque en el medievo fuera ciudad de brujas, sino porque en holandés "Brugge", significa puente; de ahí el nombre. El casco antiguo está rodeado enteramente por un río, con lo cual se entra a la ciudad por una especie de castillito en los puentes que lo unen y si no eres residente, sólo se puede llevar el coche un par de horas. Aunque es una ciudad bastante pequeña. Con lo cual dimos una vuelta y aparcamos fuera de la ciudad, a 15 minutos andando de nuestro hostal (bastante céntrico).


He escuchado diversas opiniones sobre Brujas, todos dicen que te lo ves en unas horas, y cierto es, aunque lo bonito es verlo tanto de día como iluminado de noche. Lo que más me gustó fue la cantidad de reflejos en el agua de los edificios y puentes iluminados, muy bonico todo.

Como era el partido España-Croacia, fuimos a verlo a un bar, nos tomamos nuestras 3 cervezas belgas y luego nos dimos una vuelta por la ciudad de noche, acompañadas por un argentino que andaba haciendo turismo sólo y se unió a nosotras.  Pasamos a patios y por calles vacías y silenciosas; la verdad es que parecía una ciudad un poco fantasma, no había nada de ambiente (aunque también es verdad que era Lunes noche...). A la mañana siguiente, volveríamos a andar por la ciudad allá por donde anduvimos de noche, pasaríamos por la calle de los chocolates y pralinés (omnomnom) e incluso nos daría el solecito.



Pero ya era hora de volver a coger el coche y ponernos rumbo a Amberes/Antwerp, aquella ciudad famosa por su barrio judío, lleno (pero lleno LLENO) de tiendas de diamantes, donde se hace el 70% de negocio del diamante mundial. Aquí sólo estuvimos unas tres horas, andando lo que ya no nos permitían los pies. Tomamos fresas con chocolate y bombones belgas para que no se diga, eso sí!. En esta ciudad habría que pasar al menos un día entero para ver todo lo que ofrece, pero no aún no dispongo de una máquina del tiempo para pararlo, así que si acaso habrá que volver en otra ocasión.

Aunque la historia de la vuelta a Utrecht ya fue otra cosa; hasta entonces el viaje había salido muy bien, pero el cansancio acumulado y las confusiones del GPS hicieron que la vuelta se hiciera más bien pesada. Aquí va la anécdota:  En primer lugar, a la vuelta, fallé con mi labor de copiloto; me hice un lío con el GPS y cuando estábamos a punto de llegar a Utrecht nos desviamos unos 15 km porque indiqué mal la dirección... Oops! Luego, por otro lado, teníamos que buscar una gasolinera para llenar el depósito antes de dejar el coche, y no sabíamos qué tipo de gasolina usaba el coche.... No sabíamos lo que significaba un término en inglés y yo dije que me sonaba que fuera "Diesel", pero menos mal que al final encontramos una segunda gasolinera donde pudimos preguntar y cerciorarnos de la gasolina que era: era Sin plomo. Menos mal que no me hicieron caso jajaja
Pero justo antes de ir a la gasolinera, como ya llevábamos las prisas , creemos que nos saltamos un semáforo, y que justo había un control ahí... Eso no ayudó para los ánimos xD

Pero al final llegamos al sitio de Europcar bien; nos íbamos ya a casa, que estábamos echas polvo...
Sacamos todas las cosas del coche y lo estábamos organizando rápido para poder ir a llegar al bus a tiempo. Como el coche lo dejábamos afuera del sitio, nos dijeron que podíamos dejar las llaves en un buzón que había, que era seguro. Pues para aligerar, cogí las llaves, les pregunté a las chicas que si ya las podía devolver y me dijeron que sí. Pues las llaves se fueron por el agujero del buzón, como debería ser.
Pero fue volver a donde el coche, ver que no lo habíamos cerrado y ponerme pálida...   No sé si entendéis la gravedad del asunto, pero el hecho es que nos empezamos a partir el culo; mejor reír que llorar ante el hecho de que ya no podíamos acceder a coger las llaves porque no había nadie trabajando a esa hora y habíamos dejado el coche abierto...  La verdad es que me sentí fatal; sobretodo porque ya la había cagado bastante durante la última hora. Pero por suerte éstas chicas se lo tomaron bien.

Lo primero que pensé es quedarme ahí a dormir, porque lógicamente no podíamos dejar el coche solo hasta la mañana siguiente, porque si le pasase algo sería nuestra responsabilidad. Pero Gemma y María se negaron; aunque dijeron que si acaso nos quedábamos las 3 ahí.  Pues llamamos al teléfono de emergencia para que nos ayudaran , pero tras casi 10 minutos en espera nos dijeron que no podían hacer nada; que no era cuestión de que viniese ningún técnico y que no podían contactar con nadie que trabajase en la Europcar de Utrecht; o sea que la señora, aunque se le notaba el tono de pena en su voz, nos dijo que era nuestra responsabilidad lidiar con el asunto.
Así que en ésta estábamos, sentadas de vuelta en el coche intentando llegar a algún tipo de conclusión.
Se nos ocurrió que podíamos cerrar el coche desde dentro; pero el hecho es que sólo se podía cerrar desde dentro, o sea que luego no podíamos salir.... Pero al final se nos encendió la lucecita e hicimos un experimento: Si dejábamos la puerta del maletero abierta, se podría cerrar el coche desde dentro y luego cerrar el maletero y que no se abriera de nuevo?? Pues sí, sí que se podía. Entonces lo que hicimos es eso, dejamos el maletero abierto y yo me quedé en el coche para cerrarlo desde dentro y luego conseguir salir por el maletero.
La verdad es que si hubiera cualquier cámara de seguridad grabando, sería bastante divertido verlo, sobretodo por la cantidad de problemas que tuvimos desde el primer momento cogiendo el coche xD - Vaya españolas más ineptas pensaría esta gente xD
Así que después de una hora de "pánico", dejamos el coche cerrado en el parking y nos pudimos volver por fin a casa.

Vaya experiencia... Pero supongo que son estas cosas las que hacen de un viaje una aventura más. Y aunque sólo fueran escasamente dos días, estoy contenta de haber podido ir a Bélgica por fin y fundirme en el país del chocolate, los diamantes y reflejos en el agua.

2 comentarios:

  1. Gracias Carlos. Ya está escrita, pero aún tengo algunas entradas que publicar antes de la final. No la quiero publicar :(

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